Capítulo 0 - Introducción

¡Hola! Me llamo Käarweet, y he sido recientemente ordenada como chamán de la horda, y esta que os voy a contar es mi historia, me crié en un pueblecito en el valle de los retos de Durotar, no conocí las guerras que arrasaron nuestro pueblo ni ví la corrupción de nuestra raza, sin embargo siempre he vivido este tema muy de cerca, pues mi padre luchó valientemente junto a Thrall en el éxodo de los nuestros hasta esta tierra, mi madre, por el contrario, aunque tenía aptitudes para la magia siempre estuvo a nuestro lado para protegernos tanto a mí como a mi hermano Käargott, hasta que éste decidió seguir su propio camino para servir a los orcos y a la horda, yo nunca tuve sus aptitudes para la lucha, en cambio si heredé buena parte de la afinidad a la magia de nuestra madre, y si bien tampoco quise inmiscuirme demasiado en la lucha, la falta de noticias de mi hermano y la sed de aventuras que empieza a crecer en mí han propiciado que me decidiese, que saliese de la protección familiar y que buscase mi sitio en el mundo, es raro ver que una orca como yo salga de aventuras, pues al contrario que nuestros vecinos los trolls solíamos quedarnos en nuestra tierra, trabajando sus secretos y creciendo espiritualmente de una forma tranquila. Fui a ver al soldado de turno que había en el valle para comunicarle mi deseo de entrar a formar parte del ejército de la horda y se me encomendó una tarea, una prueba para demostrar mi valía, yo, recién salida del horno debía enfrentarme a unos siervos del filo ardiente que estaban instalados en una pequeña cueva del valle, estaba aterrada, nunca antes había visto un espectáculo similar, un aquelarre de demonios y oscuros profetas, y todos debían caer, me subestimé, en poco tiempo los más habían sucumbido a mi magia y el resto sintió la furia de mi maza, incluso su lider, lo que me sorprendió gratamente, regresé a casa, le llevé la cabeza del lider filo ardiente al soldado, me despedí de mi familia y comenzó mi aventura, salí del valle de los retos para buscar mi destino....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya me empieza a mí a preocupar que empieces a creerte que las milongas del Wow son reales...

¿Y cómo puedes empezar a numerar desde 0? ¿Qué te crees que son esto? ¿Tiles?

Se te ve el plumero.